La fascinante historia sobre la alimentación de nuestros antepasados siempre ha sido un tema de gran interés para la humanidad. No es solo una cuestión de sustento, sino que también nos brinda una visión de cómo evolucionaron nuestros hábitos culinarios a lo largo del tiempo. Por eso, cuando se encontró una iguaria en los hornos milenarios del sitio arqueológico neolítico de Çatalhöyük, en Turquía, se despertaron las ansias por descubrir más sobre la comida de nuestros ancestros.
Los hornos de Çatalhöyük son una de las atracciones más importantes para los arqueólogos y turistas amantes de la historia. Este sitio arqueológico fue descubierto en la década de 1950 por el arqueólogo británico James Mellaart y desde entonces ha sido un lugar de gran interés para la comunidad científica.
Ubicado en el centro de Anatolia, en la llanura Konya, Çatalhöyük es considerado uno de los asentamientos más grandes e importantes del período neolítico en el mundo. Con una extensión de aproximadamente 13 hectáreas, fue habitado por más de 10.000 personas hace más de 9000 años.
Durante los trabajos de excavación en el sitio, se encontraron numerosos artefactos que evidenciaban que la comunidad de Çatalhöyük tenía conocimientos avanzados en distintas áreas, como la agricultura, la alfarería y la construcción. Pero lo que más llamó la atención de los arqueólogos fue el descubrimiento de una iguaria en los hornos milenarios.
Esta iguaria fue encontrada en perfecto estado de conservación y se cree que data de hace unos 7500 años. Se trata de una especie de mezcla de granos de trigo, cebada y guisantes, que al ser cocida en los hornos producía un pan rústico pero delicioso. Los arqueólogos determinaron que esta iguaria era una de las principales fuentes de alimentación de los habitantes de Çatalhöyük.
El hecho de encontrar este alimento en los hornos milenarios es una muestra de que nuestros ancestros ya tenían un profundo conocimiento sobre la importancia de la alimentación y de cómo crear platos nutritivos y sabrosos. Además, también nos da una idea de cómo era su dieta y qué ingredientes utilizaban en su gastronomía.
Los expertos en la materia sostienen que la iguaria encontrada en Çatalhöyük era muy parecida a un tipo de pan llamado “pide”, que todavía es muy popular en Turquía. Esto demuestra que, a pesar del paso del tiempo, ciertos alimentos y sabores han logrado mantenerse en la cultura gastronómica de nuestro país.
La importancia de este descubrimiento radica en el hecho de que nos permite entender mejor cómo se desarrolló la alimentación en las comunidades neolíticas. Se cree que la transición de una dieta basada en la recolección y la caza a una basada en la agricultura fue un proceso lento y que, sin duda, tuvo un gran impacto en la vida de los seres humanos.
Además, el descubrimiento de la iguaria en los hornos milenarios de Çatalhöyük también despierta nuevas preguntas en los especialistas. ¿Cómo se cultivaban estos granos? ¿De dónde provenían? ¿Cómo se realizaba su proceso de cocción? Son algunas de las interrogantes que surgen a partir de este hallazgo y que seguramente los investigadores tratarán de resolver en los próximos años.
Es indudable que este descubrimiento representa un gran avance en la investigación sobre la alimentación en la época neolítica y nos brinda una visión más amplia sobre cómo se desarrollaron los primeros asentamientos humanos en la región. Además, nos permite