Los últimos informes de la Organización de Naciones Unidas revelan un hecho desolador: hasta ahora, 5.840 niños y 3.920 mujeres han sido víctimas en los conflictos armados alrededor del mundo. Esta situación trágica debe motivar a la comunidad internacional para que se comprometa en defensa de la infancia y la mujer.
El Estado de Derecho internacional prohíbe la participación de menores en los conflictos armados, aunque en todo el mundo aún hay casos de reclutamiento de niños como combatientes. Esta realidad flagrante debe incidir en el derecho internacional y en la toma de medidas urgentes para poner fin a esta barbarie.
Las mujeres también deben ser protegidas dentro de este contexto, ya que sufren vulneración de sus derechos humanos como consecuencia de situaciones de conflicto. Estas situaciones, de violencia, explotación y abuso sexual, son usadas como instrumento para pedir una rendición incondicional del enemigo.
Se debe, por tanto, asegurar que los individuos estén amparados bajo los principios del derecho internacional, los cuales garantizan la seguridad, la protección y la dignidad de los ciudadanos. Vivir en el mundo debe implicar que todos los seres humanos sean protegidos por la ley y se puedan ejercer sus derechos.
Para hacer frente a esta situación desoladora en la que los países están inmersos, las Naciones Unidas y los diversos organismos internacionales deben promover la responsabilidad de los Estados y la alianza con todos los países para la resolución pacífica de los conflictos, así como para el cumplimiento de los derechos humanos. Cada Estado tendrá que abordar de manera responsable la situación para lograr un ordenamiento internacional sin violencia.
Es imprescindible que se organicen campañas informativas que contribuyan a la prevención y detección de la violencia contra la infancia y las mujeres, ya que ningún niño ni ninguna mujer debe sentirse inseguro en los territorios en conflicto. La educación y la sensibilización son fundamentales para que se prevengan situaciones de violencia o abuso contra los menores o las mujeres.
Todo ser humano debe ser tratado con dignidad y respeto. La comunidad internacional, así como cada Estado, deben comprometerse con la lucha por la defensa de la infancia y las mujeres, y con el cumplimiento de los derechos humanos. Los esfuerzos de la comunidad internacional por conseguir la paz son fundamentales, ya que tan sólo llevando a cabo estas acciones podremos ver el fin de la violencia en los territorios en conflicto.